Las farmacias valencianas piden dinero por adelantado

Los retrasos en el pago de la Generalitat, más de 350 millones de euros, obligan a los boticarios a reducir el stock

La elevada deuda que mantiene la Generalitat Valenciana con las farmacias —350 millones de euros correspondientes a los tres primeros meses del año— ha agudizado el ingenio de los boticarios. Los colegios profesionales han acordado reducir el stock almacenado para no soportar los gastos financieros que supone almacenar más medicamentos de los estrictamente imprescindibles.

Aunque los colegios de farmacéuticos «no han dado directrices» concretas, en algunas boticas valencianas los propietarios reclaman un adelanto a los clientes en forma de depósito para la adquisición de medicamentos especialmente costosos y que en esos momentos no se encuentran disponibles, ya que el retraso en los pagos por parte del Gobierno valenciano no permite a las farmacias contar con excesivas reservar, sobre todo de los productos con menor demanda. Se trata de una forma de blindarse ante la posibilidad de que el cliente luego no vuelva a por su medicamente.

Fuentes oficiales señalan que este tipo de prácticas derivan de los acuerdos entre farmacéuticos y clientes, al tiempo que admiten que se han implantado nuevas prácticas para hacer frente a una situación «crítica». De hecho, según reconocen, se ha dejado de dispensar medicamentos a la espera de que los usuarios depositen con posterioridad las recetas, ya que la situación financiera de la mayoría de las farmacias —especialmente las de menor tamaño— no les permite adelantar pagos. La Generalitat Valenciana, que ya a finales del pasado año tuvo problemas para ponerse al corriente con las farmacias, ha señalado que en breves fechas espera solventar sus carencias en materia de tesorería y abonar las cantidades pendientes.