La exposición del sector público europeo se dispara entre préstamos bilaterales, garantías del fondo de rescate, recompra de bonos y la compensación de pagos entre los bancos centrales
El mapa político vuelve a tener a Grecia como eje central. El exprimer ministro griego, Lucas Papademos, ha advertido en una entrevista al Wall Street Journal que la salida del país heleno del euro sería un golpe para su país, pero también para la Eurozona. «Aunque esta opción es poco probable no podemos negar que los preparativos están en marcha», ha asegurado Papademos.
Aunque las dimensiones de Grecia no son comparables a las de España o Italia, su salida del euro provocarían un episodio de extrema aversión al riesgo que haría temblar a toda la eurozona. Y es que, desde el segundo rescate de febrero -y tras el canje de deuda- la deuda pública en manos del sector oficial ha crecido de forma exponencial: Europa se juega casi 300 mil millones de euros de exposición del sector público europeo a Grecia.
Teniendo en cuenta la totalidad de préstamos bilaterales y garantías del fondo de rescate (EFSF) Europa ha prestado 125.000 millones de euros. La cifra engorda considerablemente si se tiene en cuenta la posición del Eurosistema sobre la banca griega, tanto a través del programa de recompra de bonos (en el cual se ha invertido 35.000 millones, como por medio del llamado "Target 2" (el sistema de compensación de pagos entre los bancos centrales de la eurozona), que tiene una exposición de 130.000 millones de euros.
Hay que tener en cuenta que cuando un ahorrador griego envía dinero a un banco alemán, la operación se resuelve dentro del Target 2. Desde 2007, los activos del Bundesbank en el BCE han ido en aumento, mientras que la mayoría de los otros miembros han entrado en déficit. Es, en definitiva, una muestra del grado de dependencia de los países de la financiación oficial.
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