
La orden Jogye tieen más de 1.200 años de antigüedad y unos 12 millones de seguidores, la quinta parte de la población de Corea del Sur. Entre otras cosas, promueve el ascetismo y condena el robo. El líder de los monjes, Jaseung, pidió el viernes perdón a sus seguidores en un acto público de contrición.
Para mayor escarnio, el juego es ilegal en Corea del Sur fuera de los casinos e hipódromos con licencia y siempre ha sido desaconsejado por los líderes religiosos. Seongho, un veterano líder budista, explicó que habíanencontrado el vídeo en una tarjeta de memoria escondida en el hotel.
«Pedimos perdón por el comportamiento de varios monjes de nuestra orden», dijo Jaseung en su declaración pública. «Los monjes están siendo investigados y serán castigados de acuerdo a las normas budistas tan pronto como la verdad salga a la luz».
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