
Alemania, en todo caso, quiere despejar antes las dudas sobre la legalidad de esa vía indirecta. El rescate de España a través del FROB cumpliría con la exigencia alemana de que la ayuda sea facilitada al Estado, pero al tiempo marcaría esas diferencias. Quedaría claro que el problema del Estado para encontrar la financiación que necesita se deriva de los problemas de la banca. El dinero facilitado iría destinado exclusivamente al saneamiento del sector financiero. A su vez, dado este ámbito restringido de la ayuda, y aunque Berlín no quiere comprometerse, cabría la posibilidad de que las condiciones impuestas a España para facilitar el desembolso se limitaran al propio sector financiero.
El calado de las reformas estructurales emprendidas en España, se dice en la trastienda del Ejecutivo alemán, haría innecesaria una intervención en toda regla. Las duras condiciones impuestas por la troika (el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea) a Grecia, Irlanda y Portugal para sus respectivos rescates tenían el objetivo de forzar unas reformas que, según explican fuentes del Ejecutivo, en España ya van por el camino correcto. Suena a mensaje de apoyo al Gobierno conservador de Mariano Rajoy, pero también es un recado a los inversores en los mercados financieros: se trata de destacar que el problema español, a diferencia del griego, son sus bancos.
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